EN TU VIENTRE TEJES LOS HILOS DE LA VIDA , CON TUS MANOS CONSTRUYES CAMINOS DE LIBERTAD
¡Mujer! Eres madre, esposa, compañera y amiga. No importa cual sea tu raza, color, ideología o posición social, siempre es tas llena de las mayores virtudes, que solo el ser más preciado de la naturaleza puede tener: El don de la vida, el amor, la ternura, la comprensión, la humildad, la dignidad y la solidaridad, todos los valores que encarnan la familia como unidad fundamental de la expresión social de la humanidad.
En una fecha tan especial, rindamos tributo a la mujer indígena, bella original, incansable en su lucha por preservar su cultura, con sus cánticos de tradición oral que permanecen en el tiempo, aun soportando los pasajes históricos de explotación y crueldad. Allí, ignorada pero con mucha dignidad amamanta la esperanza de su pueblo, fluye de su pecho erguido el néctar de la vida, la fuerza para que cada generación continúe sus luchas de resistencia, contra todos aquellos intereses que atropellan sus tierras, su cultura y el derecho a vivir con dignidad.
A la mujer campesina, de frente sudorosa y mirada lejana, laboriosa y pura como el manantial. Guía con inteligencia la mano fuerte del arado que con tesón produce el pan diario de los pueblos, arrulla en el canto de su faldón los recuerdos del hijo que la insensatez, intolerancia y crueldad de una guerra que no es su guerra, un día le arrebató sin piedad. Allí, sin perder su condición guarda con orgullo el ser campesina, construye senderos de libertad desde su pedazo de tierra, desde su refugio como desalojada o desde el sentimiento de ser mujer que no se doblega ante la injusticia, lucha por lo más preciado; la dignidad humana.
A la líder social y popular, mujer abnegada en la búsqueda de la verdad, la justicia social y la libertad. Su grito llena de valor la protesta de la calle, ilumina el recinto de ideas que calientan el debate, con su mano firme empuña las banderas de los caídos, con su ternura anima y das moral al afligido. A un desde la celda cruel de la cárcel construyes tus sueños, desde el refugio del destierro amas la libertad y luchas por ella, como líder estudiantil vuela tu imaginación por un mejor futuro y como líder sindical no renuncias jamás a tus derechos, en fin haces de tu pueblo una gran familia.
A la gran mujer cabeza de hogar, que coloca a toda prueba el maltratado principio de la responsabilidad ante una sociedad desgastada e injusta. Ellas, con el don mágico de la creatividad, superan las vicisitudes del abandono que por alguna razón cruel del destino las colocó como jefes de hogar. Son millones de ellas, que por violencia familiar, violencia económica, violencia política y la violencia social, han tomado el timón para defender su familia. Su lucha silenciosa, de esfuerzo y sacrificio gana grandes batallas a la descomposición familiar y se convierte hoy en el bastión de las luchas de resistencia y en la búsqueda de verdad, justicia y reparación ante la impunidad que impera en nuestro país, Latinoamérica y el mundo. Son ellas dignas de este homenaje.
A la ejecutiva, mujer que con sus atuendos y aromas de elegancia, sin pretenderlo oculta los rasgos infames de la explotación, que impone una sociedad mezquina mercantilista, donde impera el consumo de la fuerza de trabajo por encima de la condición humana. Sus luchas también se imponen al ultraje del acoso sexual, de discriminación de género y a la explotación laboral. Son ellas, con su habilidad innata de organización administrativa, las que han forjado instituciones y emporios empresariales que han terminado convertidos en sus propios verdugos. Están llamadas a ser las protagonistas en la construcción, organización y administración de una sociedad más justa y alternativa para su pueblo.
…no bastarían miles de páginas para ovacionar el papel indiscutible de la mujer en el mundo contemporáneo, para reconocer su aporte histórico, para abrazar sus sentimientos y necesidades y para referirnos especialmente a la situación actual de la mujer Latinoamericana. En este sencillo homenaje, solo queremos manifestar nuestro gran aprecio, agradecimiento y gratitud, porque tú mujer, en tu vientre tejes los hilos de la vida y con tus manos construyes caminos de libertad con el gesto más noble de la naturaleza humana.
O S de O y A.
